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BITÁCORA DE RAFAEL HIDALGO

martes, 10 de mayo de 2011

El Tribunal Constitucional abandona la ONCE


Las categorías adecuadas para valorar si un juez cumple su cometido no son si es “progresista” o “conservador”, de “izquierdas” o de “derechas”, “agnóstico” o “adventista del Séptimo Día”, sino si obra de forma “justa e imparcial” o no, y, por tanto, si es independiente. Quien quiera legislar, tiene la puerta abierta para abandonar la judicatura y presentarse a las elecciones.

El Tribunal Constitucional (TC) de España ha fallado una sentencia sobre la legalidad de la candidatura de Bildu para las próximas elecciones locales. Se trata de una agrupación política respaldada, entre otros, por dirigentes de la antigua Batasuna. Lo grave del caso es que cuando se planteó el caso al Tribunal Constitucional ya se sabía qué jueces iban a fallar en favor de la legalidad de Bildu y quienes en contra (para sonrojo de unos y otros). Su distinción dependía de qué partidos los había respaldado al ser elegidos como miembros del alto Tribunal. No es la primera vez que acaece esta “premonición” de pareceres.

Ahora nuestros políticos se ponen solemnes y piden respeto para las sentencias del órgano ¿judicial? Dicen acatar las sentencias y no criticar a los tribunales que ellos mismos han corrompido. Sí, corrompido (echado a perder, depravado, dañado, podrido), pues un tribunal parcial y sumiso es un tribunal corrompido, y este lo es en origen. Si no, ¿a santo de qué los políticos se dejan la piel en colocar a sus afines en el TC? ¿Por qué cambiaron la anterior ley para ser ellos, los dirigentes políticos, quienes decidieran quien formaba parte del TC? ¿Por qué acuerdan cuotas de reparto entre los partidos políticos para elegir a los jueces del TC?

Un Tribunal no puede ser una tercera cámara, el reflejo proporcional del poder político que impera en el Parlamento. Debe ser una institución IN-DE-PEN-DIEN-TE, al servicio de la Justicia y la Verdad.

¡Montesquieu, resucita, España te necesita!

8 comentarios:

  1. Hola Rafael, los políticos han corrompido y los jueces se han dejado corromper. Si un juez se supone que no puede tener afiliación política, no creo que sea lícito que se deje proponer (y aceptar el cargo) por un partido político.

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  2. Buenos días Rafael.Estoy plenamente de acuerdo con Fernando. Explica por qué no hace mucho tenían tanta prisa en renovar "magistrados" y lo peor es que han dejado claro que el Ejecutor puede crear cualquier ley contra razón, lógica, ciencia y naturaleza y también subyugar cualquier apelación y causa por justa que sea. La libertad les es insoportable.
    Un abrazo.

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  3. Hola Rafael:

    Pienso que un buen juez es aquel que es independiente pero sobre todo que hace que se cumpla la ley. ¿no?.

    Legislar ya es otro cantar, no de ellos.

    Un abrazo

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  4. Eso es lo peor de nuestros jueces,Rafael, que los ciudadanos podamos conocer con anterioridad de qué lado se va a inclinar la balanza.

    Un beso

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  5. Fernando, el problema es que todos lo tres poderes del estado los ponen los partidos políticos. Esto hace desaparecer la división de poderes. Así de triste.

    NIP, pues sí, el ser humano teme a la libertad, y el poder, todavía más.

    Chus, estoy contigo. Aunque parezca una obviedad, el legislador, legisla; el gobierno, ejecuta; y el juez, juzga. Pero en ocasión hay un totum revolutum...

    Militos, y lo que es peor, que sepas qué va a pasar y que en cada tribunal se diga una cosa diferente. Un abrazo.

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  6. La Justicia en nuestro país necesita reformas urgentes. Pero las necesita desde que empezó la democracia. Me encanta el título de la entrada. Un abrazo

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  7. Eso de los tres poderes independientes ya es historia tragi-cómica.

    Y del cuarto poder, en fin...

    Un abrazo

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  8. Galip, pues sí, necesita un repasito en condiciones. Pero, ¿querrán hacerlo esos mismos que se las han ingeniado para "cortar el bacalao" de lo que se cuece en el TC...? Veremos.
    (Al final, sintiéndolo en el alma, tampoco fui al concierto de Miguel Ríos. Se me iba del presupuesto). Otro abrazo para ti.

    Mery, tragi-cómico, tú lo has dicho. Los partidos políticos (antítesis de democracia) manejan el poder legislativo, el ejecutivo, y el judicial. Quien quiere medrar, no tiene demasiadas dudas de a dónde acudir. Otro abraz para ti, Mery.

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